«El robot es manejado desde la Ciudad de México, donde el Código Penal permite tener un aborto a voluntad. Al estar la persona que entrega el medicamento no se infringe la ley. Se maneja en un contexto donde es legal», ha afirmado este miércoles en rueda de prensa Jennifer González, integrante de una de las agrupaciones.
El aparato, bautizado como rAborta y presentado en una comparecencia en el Museo de la Memoria y la Tolerancia de la capital, es un pequeño dispositivo con ruedas y una cámara incorporada, que puede ser teledirigido a través de un teléfono móvil y que dispensa pastillas de mifepristona.
La mujer que quiera abortar debe contactar por redes sociales a una de estas 85 asociaciones feministas, que cuentan con el asesoramiento de una médica especialista, quien receta el medicamento desde la capital mexicana.
La iniciativa, que arrancó el martes con nueve servicios, da cobertura a once estados: Baja California, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Sinaloa, Guanajuato, Estado de México, Chiapas, Morelos, Tamaulipas y Nuevo León.
Varios de los robots ya se encuentran en diferentes regiones, pero estos son teledirigidos desde la capital para evitar problemas con las autoridades.
Estas asociaciones también ofrecen acompañamiento psicológico y legal a las mujeres que quieran abortar en dichas regiones.
«Tenemos que recurrir a esta tecnología para que las mujeres tengan acceso; es una cuestión de injusticia social porque desde la Ciudad de México se tiene que operar para entregar el medicamento», ha declarado Bárbara Pérez.