El Gobierno de transición de Malí ha anunciado la liberación de la religiosa colombiana hermana Gloria Cecilia Narváez, que fue secuestra en febrero de 2017 en la zona fronteriza con Burkina Faso. En un comunicado, la Presidencia de Malí saluda “el coraje y la valentía de la hermana”, precisando que esa liberación es “la coronación de 4 años y 8 meses de esfuerzos conjugados de varios servicios de inteligencia”.
“Me alegra inmensamente la noticia de la liberación en Malí de nuestra querida compatriota, la religiosa Gloria Cecilia Narváez, un objetivo que en el Gobierno Nacional nos habíamos trazado y por el que con el presidente (Iván) Duque veníamos trabajando desde hace muchos meses”, manifestó la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, en un comunicado de su despacho.
Gloria Cecilia Narváez es miembro de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, una congregación de origen suizo nacida en 1893 en Colombia y con presencia en 17 países. Fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 cerca de la localidad de Koutiala, 400 kilómetros al este de la capital, Bamako. Entonces, trabajaba como misionera desde hacía seis años en la parroquia de Karangasso. Oriunda de Pasto (Nariño, suroeste), desarrollaba su trabajo misionero junto a otras tres hermanas: sor Sofía, de Tumaco (Nariño), sor Clara, de Medellín, y sor Adelaide, de Burkina-Faso. Antes de Malí estuvo en Benín.
A lo largo de su cautiverio se dieron unas pocas pruebas de que estaba con vida, la última de ella en julio pasado cuando el hermano de la monja Édgar Narváez afirmó haber recibido una carta escrita de puño y letra por ella, fechada el 3 de febrero de 2021. “Estoy muy emocionado porque liberaron a la hermana, acaban de confirmarme la noticia, la liberaron por fin (…). Gracias a Dios está bien de salud, me enviaron unas fotos y se ve bien”, dijo este hoy a la AFP en una entrevista telefónica.
En una entrevista reciente, la hermana Carmen Isabel Valencia, provincial de las Franciscanas de María Inmaculada, resaltó la “valentía” de la monja al momento del secuestro. Según Valencia, hombres armados se disponían a raptar a dos monjas más jóvenes, pero Narváez se entregó a los secuestradores en su lugar diciendo “yo soy la superiora, llévenme a mí”. Los secuestros son corrientes en Malí, sumido en una grave crisis de seguridad, sobre todo en el centro del país, uno de los focos de violencia yihadista. Desde marzo de 2012, varias zonas del país y sus alrededores se encuentran en manos de grupos yihadistas vinculados a la red Al Qaida.