Reino Unido, Portugal, España y Estados Unidos han reportado casos de la llamada ‘viruela del mono’ durante los últimos días; además, en múltiples países más se reportan casos sospechosos.
La enfermedad es provocada por un virus que se transmite de animales a personas.
Se identificó por primera vez en humanos en 1970 en la República Democrática del Congo y, de acuerdo con la OMS, en las distintas epidemias desde entonces su letalidad ha sido inferior al 10%.
Especialistas indican que la enfermedad no se considera muy contagiosa, a menos que se tenga contacto cercano con personas infectadas.
La transmisión se produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente, lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección. La infección se transmite asimismo por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita).
“Hasta la fecha no se ha podido demostrar que la transmisión de persona a persona por sí sola pueda sostener la infección por el virus de la viruela símica en los seres humanos”, alerta la OMS en un informe publicado en 2019.
El brote más importante conocido se produjo en 1996-1997 República Democrática del Congo. Y el más importante fuera de este país se dio en 2017 en Nigeria. Fuera de África, la primera vez que se documentaron casos fue en 2003 en los Estados Unidos.
El periodo de incubación de la viruela símica, es decir el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas, suele ser de seis a 16 días, aunque puede variar entre cinco y 21 días. Y la infección puede dividirse en dos periodos. El primero, llamado periodo de invasión (entre los días cero y cinco), caracterizado por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía).
El periodo de erupción cutánea (entre uno y tres días después del inicio de la fiebre), cuando aparecen las distintas fases del exantema, que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95 por ciento de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75 por ciento de los casos). La evolución del exantema desde maculopápulas (lesiones de base plana) a vesículas (ampollas llenas de líquido), pústulas y las subsiguientes costras se produce en unos 10 días. La eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.