Más de un centenar de universidades y sociedades académicas de Estados Unidos, incluidas instituciones de prestigio como Harvard, Yale, Princeton y la Universidad de Pensilvania, alzaron la voz contra lo que calificaron como una “extralimitación gubernamental” y una “interferencia política sin precedentes” que, según denunciaron, amenazan la integridad de la educación superior en el país.
En una declaración conjunta difundida por la Asociación Americana de Colegios y Universidades, los firmantes expresaron su preocupación por la creciente presión política ejercida por la administración del expresidente Donald Trump, especialmente tras el reciente conflicto entre Harvard y el Gobierno federal.
La universidad de Harvard presentó una demanda la semana pasada para recuperar fondos federales que fueron congelados por la Administración Trump, luego de que el exmandatario acusara a la institución de promover conductas antisemitas, señalamientos que han sido ampliamente cuestionados por organismos académicos y de derechos civiles.
“Nos pronunciamos al unísono contra la extralimitación gubernamental y la interferencia política sin precedentes que ponen en peligro la educación superior”, afirma el documento. Si bien los firmantes aseguran estar abiertos a reformas constructivas y a una supervisión legítima, subrayan que “la intromisión indebida del gobierno” compromete la autonomía universitaria y las libertades fundamentales que definen a la educación en Estados Unidos.
El texto también advierte que limitar esas libertades tendría consecuencias directas sobre la calidad educativa, la investigación y la formación ciudadana: “El precio de limitar las libertades que definen la educación superior estadounidense lo pagarán nuestros estudiantes y nuestra sociedad”.
Los rectores, académicos y líderes institucionales hicieron un llamado a restablecer un diálogo constructivo con las autoridades federales: “En nombre de nuestros estudiantes actuales y futuros, y de todos los que trabajan y se benefician de nuestras instituciones, hacemos un llamado a un compromiso constructivo que mejore nuestras instituciones y sirva a nuestro país”.
Además, defendieron el derecho de las universidades a decidir de manera autónoma “a quién admitir, qué se enseña, cómo y quién lo imparte”, así como su compromiso con la libertad de cátedra y de pensamiento: “Nuestras instituciones deben seguir siendo espacios donde se fomente el intercambio libre de ideas, sin temor a represalias, censura ni deportación”.
El pronunciamiento fue respaldado también por universidades como la American University, Vassar College, Bryn Mawr College, Rhodes College, Universidad de Boston, Universidad de San Diego, Rutgers University y la Universidad de Westminster, entre otras.