El estado de Texas investiga reportes de que agentes de Policía asignados a la iniciativa de seguridad fronteriza del gobernador Greg Abbott recibieron órdenes de “empujar a niños pequeños y bebés lactantes de regreso al Río Grande”, y negar agua a los solicitantes de asilo, incluso en condiciones de calor extremo, informó el Houston Chronicle.
El informe precisó que en eventos ocurridos, entre el 24 de junio y el 1 de julio, murieron ahogados cuatro migrantes, incluso un bebé.
Según el reporte, basado en el mensaje de un miembro del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas, las medidas son “inhumanas”.
Ante esta situación, legisladores demócratas de ese estado demandaron la intervención del gobierno federal, mientras, la administración de Abbott culpó del problema a las “políticas de fronteras abiertas” del presidente Joe Biden.
“Estamos dispuestos a trabajar con cualquiera, republicano o demócrata, sobre soluciones reales, como la ley de reforma migratoria que el Presidente envió al Congreso”, dijo ayer Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca.
Travis Considine, vocero del DPS, dijo a través de un email que la Oficina del Inspector General, a cargo de supervisar la conducta de los empleados estatales, “investiga las denuncias hechas en el correo electrónico en cuestión”.
“No existe una directiva o política que instruya a los soldados a retener el agua de los migrantes o empujarlos de regreso al río”, agregó Considine.
Entre los incidentes descritos hay “una mujer embarazada –que tuvo un aborto espontáneo–, la cual fue encontrada a finales del mes pasado atrapada en el alambrado fronterizo, doblada por el dolor. Una niña de cuatro años se desmayó por el agotamiento por calor, después de que trató de atravesarlo y los soldados de la Guardia Nacional de Texas la empujaron hacia atrás. Y un adolescente se rompió la pierna intentando navegar alrededor del cable y tuvo que ser cargado por su padre”.
Los acontecimientos ocurrieron en la zona de Eagle Pass, donde Texas tendió millas de alambre de púas y desplegó un muro de boyas en el Río Grande.
Por su parte, CNN precisó que “los doctores dijeron que encontraron a unas 120 personas acampando, incluidos bebés lactantes y otros niños pequeños, exhaustos, hambrientos y cansados, después de un día en que la temperatura alcanzó los 108°F (42°C) a la sombra.
“Los médicos cuestionaron una orden de empujarlos de regreso al río hacia México porque pensaron que ‘no era lo correcto’ y que podría haberlos llevado a un riesgo de ahogamiento. Se les dijo que abandonaran el área”, escribió el Policía en el email.
Mario Carrillo, gerente de Campañas de America’s Voice, un grupo pro-migrante, denunció “la escalada en la deshumanización de los indocumentados” y puntualizó que Abbott ha intensificado su uso de una retórica de “invasión” nacionalista blanca, “incluso después de que el manifiesto del tirador de El Paso hace casi exactamente cuatro años dejara en claro los peligros de tales conspiraciones”.
Abbott, entre otros republicanos, “ha colocado el alarmismo político por encima de todo, incluida la decencia básica, los derechos humanos y cómo tratamos a los más vulnerables y necesitados”.
Para Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva del mismo grupo, recordó que “al menos 14 estados utilizan el dinero de los contribuyentes para apoyar a Abbott en su guerra fronteriza imaginaria contra mujeres, hombres y niños desesperados que buscan asilo”.