El presidente Andrés Manuel López Obrador fue recibido con protestas y gritos de “¡dictador, dictador!” por parte de un grupo de presuntos trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF), durante su gira de despedida por Veracruz.
Esta mañana López Obrador rechazó que el lanzamiento de la botella de agua en su contra cuando se dirigía a la Casa Museo Benito Juárez se trate de una agresión y aseguró que, quien fue el responsable, puede estar tranquilo.
“Al que tiró la botella de agua ayer, puede estar tranquilo, no pasa nada”, aseguró en su conferencia matutina de este lunes.
Al preguntarle si considera que se trató de una agresión, consideró que no fue así y que es un hecho que no pasa a mayores.
“No, no, no, es que no pasa a mayores y yo también pido que actuemos con mucho respeto a los que están participando en la transformación del país, que somos millones. Que actuemos con respeto, con tolerancia”, afirmó.
“Soy partidario de que no haya castigo”.
Más tarde, Circuitos Unidos-Movimiento de Trabajadores del Séptimo Circuito, quienes habían convocado a la manifestación, se deslindaron de la agresión y la condenaron enérgicamente.
“Condenamos enérgicamente el incidente y precisamos que, si bien, acudimos a manifestarnos pacíficamente a las afueras del edificio ‘Casa Juárez’, fueron personas cercanas a Morena –así se identificaron– quienes lanzaron diversos objetos como rocas, botellas, entre otros, tanto a las autoridades asistentes, como a las personas trabajadoras que se encontraban manifestándose”, dice parte del comunicado.
El presidente bromeó que, debido a su habilidad para jugar béisbol, pudo haber agarrado la botella de agua.
“Yo empecé jugando béisbol, era fielder, imagínense si no sé, si hasta la pude haber agarrado, pero no pasó a mayores. Entiendo que están enojados, están molestos por esto mismo, ellos quisieran que no cambiará nada. Conservadurismo viene precisamente de conservar, de mantener el status quo“, dijo.