La organización Human Rights First, realizó un nuevo informe, para el cual entrevistaron a cientos de migrantes que se encuentran por ciudades fronterizas mexicanas esperando poder tramitar sus casos de asilo para entrar a EEUU, asegura que cada día que pasa “la prohibición de asilo de Biden pone en peligro a los refugiados y subvierte la ley de refugiados”.
Recordemos que el pasado 11 de mayo llegó a su fin el Título 42, una política de la presidencia de Trump que permitía devolver o expulsar a los migrantes de manera acelerada por motivos sanitarios en el contexto de la pandemia del coronavirus. Un día después, el 12 de mayo, entró en vigor una nueva regla migratoria del actual gobierno que sigue limitando considerablemente el asilo a los migrantes ya que hace que la mayoría, aunque pudieran demostrar miedo creíble, no sean elegibles para aplicar para el asilo.
La nueva normativa exige que para ser elegibles los migrantes que hayan viajado a través de un tercer país hayan solicitado asilo primero en él (regla del tercer país seguro) y les haya sido negado o que tengan una cita en la aplicación móvil CBP One, que ha presentado muchos problemas desde que se puso en marcha y muchos ni siquiera saben usar.
Organizaciones que defienden los derechos de los migrantes han criticado duramente la nueva regla migratoria de Biden en la frontera y en algunos casos incluso le han impuesto demandas para impugnarla, como hicieron en su momento con el Título 42. Pero muchas demandas fueron negadas por los tribunales de justicia.
En su investigación, Human Rights First, una organización pro derechos humanos no partidista, pide al gobierno que tenga en cuenta una serie de recomendaciones, empezando por rescindir de inmediato su prohibición al asilo, dado que esta se emitió como una medida temporal, sujeta a revisión.
La organización sustenta sus peticiones en el profundo impacto que está teniendo la normativa en los migrantes, tanto para su integridad física como para su salud mental.
Según el informe, muchos de los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos o no tienen la negación de asilo de un tercer país o no han conseguido una cita con CBP One, por lo que se arriesgan a acercarse a un puerto de entrada sin los requisitos y por tanto, asumir las posibles consecuencias, o permanecen varados durante meses esperando resolver estos requerimientos en ciudades mexicanas que el Departamento de Estado de EEUU califica como muy peligrosas y recomienda a sus ciudadanos que ni siquiera las visiten.
Siendo extranjeros, sin conocer el lugar y marcados por sus acentos, raza, o situación legal, estas personas quedan expuestas a abusos de todo tipo. A veces, incluso, de parte de las propias autoridades.
En el informe; Human Rights First asegura que, según trabajadores humanitarios locales de Reynosa, en Tamaulipas, en estos dos meses que han trascurrido desde el fin del Título 42 ha habido un incremento de casos de violación y secuestros en territorio mexicano.
La investigación cita entre varios ejemplos el caso de una mujer hondureña que huyó de su país, en el que era perseguida, y estuvo viviendo sola en una carpa improvisada en el campamento de Matamoros durante tres meses, esperando poder obtener una cita de CBP One. Pero una noche a finales de mayo de 2023 un hombre que la maldijo por ser una inmigrante la violó y la amenazó con matarla si se lo contaba a alguien. Aunque gritó pidiendo ayuda, nadie acudió. Según su testimonio, su violador regresó otra noche, días después, e intento violarla otra vez, pero ella logró resistirse y escapó del campamento.
“Aterrorizada, presentó un informe policial e intentó acceder al puerto de entrada de EEUU en Matamoros después de ambos ataques, pero los oficiales de inmigración mexicanos le bloquearon el acceso” en ambas ocasiones y cuestionaron su testimonio, detalla el informe. De cualquier manera, ella no estaba al tanto de las restricciones al asilo de la nueva normativa, por lo que de haber accedido al puerto de entrada de EEUU podría haber sido sancionada por intentar pedir asilo sin tener cita.