De acuerdo con un estudio gubernamental publicado recientemente, el agua potable de casi la mitad de los grifos de Estados Unidos probablemente contiene “productos químicos persistentes” que pueden causar cáncer y otros problemas de salud.
Ssegún la investigación realizada por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), los compuestos sintéticos conocidos colectivamente como PFAS están contaminando el agua potable en diferentes grados en grandes ciudades y pueblos pequeños, tanto en pozos privados como en sistemas públicos.
El estudio se basa en hallazgos científicos previos que demuestran que la presencia de productos químicos es generalizada, apareciendo en productos de consumo tan diversos como sartenes antiadherentes, envases de alimentos, ropa resistente al agua, llegando a los suministros de agua.
Debido a que el USGS es una agencia de investigación científica, el informe no hace recomendaciones políticas. Sin embargo, la información “puede ser utilizada para evaluar el riesgo de exposición e informar decisiones sobre si desea tratar su agua potable, analizarla u obtener más información de su estado”, según la autora principal Kelly Smalling, hidróloga de investigación.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) propuso en marzo los primeros límites federales para seis formas de PFAS, o sustancias per- y polifluoradas, que permanecen en el cuerpo humano durante años y no se degradan en el medio ambiente. Se espera una decisión final más adelante este año o en 2024.
Sin embargo, el gobierno no ha prohibido que las empresas que emplean los productos químicos los viertan en los sistemas públicos de aguas residuales, según Scott Faber, vicepresidente senior del Grupo de Trabajo Ambiental, una organización ecologista.
“Deberíamos estar abordando este problema desde su origen, en lugar de poner un semáforo después del accidente”, dijo. “Deberíamos exigir a los contaminadores que traten sus propios desechos”.
Estudios en animales de laboratorio han encontrado posibles vínculos entre los productos químicos PFAS y algunos tipos de cáncer, como el de riñón y testicular, además de problemas como la hipertensión arterial y el bajo peso al nacer.
Los programas federales y estatales suelen medir la exposición a contaminantes como los PFAS en plantas de tratamiento de agua o pozos de agua subterránea que los abastecen, según Smalling. En contraste, el informe del USGS se basó en muestras de grifos en 716 ubicaciones, incluyendo 447 que dependen de suministros públicos y 269 que utilizan pozos privados.
Las muestras se tomaron entre 2016 y 2021 en una variedad de ubicaciones, en su mayoría residencias, pero también algunas escuelas y oficinas. Incluyeron áreas protegidas como parques nacionales, áreas residenciales y rurales sin fuentes identificadas de PFAS, y centros urbanos con industrias o sitios de desechos conocidos por generar PFAS.
De la mayoría de los grifos se tomaron muestras solo una vez. Aunque de tres se tomaron varias veces durante un período de tres meses, con resultados que cambiaron poco, según Smalling.
Según explica el USGS en su página web, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) “son un grupo grande y diverso de productos químicos usados en muchas aplicaciones comerciales debido a sus propiedades únicas, como la resistencia a altas y bajas temperaturas, la resistencia a la degradación y las características antiadherentes”.
Los PFAS se han fabricado y utilizado ampliamente en productos comerciales desde la década de 1940, pero la preocupación por los posibles efectos adversos en la salud humana aumentó a principios de la década de 2000 debido a la “detección de ácido perfluorooctanoico (PFOA) y sulfonato de perfluorooctano (PFOS) en la sangre humana”.
Desde entonces, se han encontrado cientos de PFAS diferentes en el agua, el suelo y el aire, la mayoría de los usos de PFOA y PFOS fueron eliminados voluntariamente por los fabricantes estadounidenses a mediados de la década de 2000, aunque hay un número limitado de usos en curso, y estos productos químicos permanecen en el medioambiente debido a su persistencia y falta de degradación, indica la agencia federal.
Los investigadores analizaron 32 compuestos de PFAS, para el análisis del agua potable de los grifos, la mayoría de los que se pueden detectar mediante los métodos disponibles. Se cree que existen miles de otros compuestos, pero no se pueden detectar con la tecnología actual, según Smalling.
Los tipos encontrados con mayor frecuencia fueron PFBS, PFHxS y PFOA. También apareció con frecuencia PFOS, uno de los más comunes en todo el país.
Las muestras positivas contenían hasta nueve variedades, aunque la mayoría se acercaban a dos. La concentración mediana era de alrededor de siete partes por billón para los 32 tipos de PFAS, aunque para PFOA y PFOS era de aproximadamente cuatro partes por billón, el límite propuesto por la EPA para estos dos compuestos.
Las exposiciones más altas se encontraron en ciudades y cerca de posibles fuentes de los compuestos, especialmente en la costa este, los centros urbanos de los Grandes Lagos y las Grandes Llanuras, y el centro y sur de California. Muchas de las pruebas, principalmente en áreas rurales, no encontraron PFAS.
Destaca que según los datos, los investigadores estimaron que al menos una forma de PFAS podría encontrarse en aproximadamente el 45% de las muestras de agua del grifo en todo el país.
El estudio subraya que los usuarios de pozos privados deben analizar su agua en busca de PFAS y considerar la instalación de filtros, según Faber del Grupo de Trabajo Ambiental. Los filtros que contienen carbón activado o membranas de ósmosis inversa pueden eliminar los compuestos.
El estudio del USGS es “otra evidencia de que los PFAS son increíblemente omnipresentes y las personas que dependen de pozos privados son particularmente vulnerables a los daños causados por estos productos químicos”, dijo Faber.