Los sobrevivientes del peor desastre natural que ha golpeado a España en este siglo despertaron el jueves ante escenas de devastación después de que varias poblaciones fueran arrasadas por monstruosas inundaciones repentinas que se cobraron al menos 155 vidas.
La cifra de muertos podría aumentar a medida que continuaban los esfuerzos de búsqueda. Las autoridades retiraban cuerpos de edificios y vehículos y aún había un número desconocido de personas desaparecidas.
“Desafortunadamente hay personas en algunos de esos vehículos fallecidas”, dijo el ministro español de Transportes, Óscar Puente, en referencia a cientos de autos y camiones varados en carreteras teñidas de marrón por el lodo.
El paisaje posterior mostraba un sombrío parecido con los daños provocados por un fuerte huracán o tsunami.
Vehículos destrozados, ramas de árboles, tendidos eléctricos caídos y enseres cubiertos de lodo cubrían las calles de Barrio de la Torre, un suburbio de Valencia y que era una de las docenas de poblaciones afectadas en la maltrecha Comunidad Valenciana, donde murieron 92 personas entre el martes por la tarde y la mañana del miércoles. Muros de agua que bajaban a toda velocidad transformaron calles estrechas en trampas mortales y generaron torrentes que rompieron los pisos bajos de las casas y arrastraron coches, personas y cualquier otra cosa en su camino. Derribaron puentes y dejaron carreteras irreconocibles.
“El barrio está destrozado, están todos los coches uno encima de otro, está reventado literalmente”, dijo Christian Viena, un dueño de bar en el pueblo valenciano de Barrio de la Torre.
Las autoridades regionales dijeron el miércoles por la noche que parecía que no quedaba nadie varado en tejados o en coches necesitados de rescate después de que rescatistas con helicópteros salvaran a unas 70 personas. Pero equipos terrestres y ciudadanos seguían inspeccionando vehículos y hogares dañados por el embate del agua.
“La prioridad ahora mismo es evidente, es encontrar a las víctimas de los desaparecidos para aplacar la ansiedad y la angustia que puedan estar sufriendo las familias”, dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, tras reunirse con funcionarios regionales y servicios de emergencias en Valencia el jueves, el primero de tres días de luto oficial en el país europeo.