Miles de peces muertos fueron arrastrados por la corriente hasta la arena, en la costa de Texas, durante el fin de semana. Por medio de las redes sociales, residentes y visitantes compartieron imágenes de los ejemplares que cubren el borde de la playa.
La situación fue definida como un “evento de bajo oxígeno disuelto” por los funcionarios de la vida silvestre de Freeport.
La especie menhaden del Golfo ha sido la más afectada por muertes masivas, actualmente un equipo de biólogos examinan esta lamentable situación; los funcionarios de Quintana Beach County Park – en Freeport, Texas- explicaron en su cuenta de Facebook que la aparición de los ejemplares empezó el viernes y siguió el sábado, mientras el domingo por la mañana sucedió la última parte, por lo que se siguió con la limpieza del área.
Los funcionarios agregaron que las muestras de agua tomadas en la zona no indicaron que los peces hubieran sufrido el impacto de un vertido químico.
Destaca que en el año 2019, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyó que el calentamiento del agua del océano había incrementado las incidencias de hipoxia. Es decir, los bajos niveles de oxígeno son una amenaza para las poblaciones marinas.
Mientras que en un artículo de New York Times se informó que en los meses de verano en el Golfo de México hay una gran “zona muerta” de agua, que abarca miles de kilómetros cuadrados, por lo que desde hace años, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica esta atenta a esta zona sin oxigeno.
Este concepto se utiliza para referirse a una situación en la cual la concentración de oxígeno disuelto en un cuerpo de agua disminuye significativamente. El oxígeno disuelto es esencial para la vida acuática, ya que los organismos acuáticos dependen de él para su respiración y metabolismo.
Cuando hay un evento de bajo oxígeno disuelto, puede haber varias causas, como la contaminación del agua, la proliferación de algas o el aumento de la temperatura del agua. Estas condiciones pueden llevar a una disminución del oxígeno disuelto, lo que resulta en un ambiente hipóxico o anóxico.
La falta de oxígeno disuelto puede tener efectos negativos en los ecosistemas acuáticos. Los organismos que requieren altos niveles de oxígeno pueden morir o abandonar el área afectada. Además, los organismos que pueden sobrevivir en condiciones de bajo oxígeno pueden producir compuestos químicos tóxicos como resultado de la falta de oxígeno, lo que puede afectar a otras especies y alterar el equilibrio ecológico del ecosistema.
Sin embargo es importante que las autoridades permanezcan alertas ante estos eventos, así como abordar las causas subyacentes, como la contaminación del agua y el cambio climático, para mantener la calidad del agua y la biodiversidad acuática.