El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha rechazado los reportajes que, citando fuentes anónimas de la DEA, afirman que la agencia antidrogas de Estados Unidos investigó si narcotraficantes hicieron aportaciones a su campaña presidencial de 2006.
Sin embargo, el Presidente mexicano refutó estas afirmaciones y cuestionó la ética periodística detrás de ellas. “Son unos viles calumniadores, aunque los premien como buenos periodistas”, dijo López Obrador, quien además hizo referencia a distorsiones y premiaciones erróneas en el pasado a figuras controvertidas.
López Obrador sugirió que las motivaciones detrás de estas acusaciones podrían estar vinculadas con las próximas elecciones y la influencia de Estados Unidos en la política mexicana.
Criticó la subordinación de la prensa al poder, especialmente en Estados Unidos, donde, según él, el Departamento de Estado y diversas agencias tienen una influencia significativa en los medios de comunicación.
Por la noche, el vocero Jesús Ramírez, afirmó en su cuenta de X: “El Departamento de Justicia de EU confirmó al diario La Opinión de Los Ángeles que la investigación de la DEA sobre la campaña del 2006, fue concluida y cerrada hace 13 años. Su difusión simultánea parece una acción concertada para desprestigiar al Presidente”.
AMLO describió el sistema judicial como “un poder podrido” y acusó a jueces de proteger a delincuentes notorios. “Esto tiene que ver con una actitud ya muy descarada de los jueces y del Poder Judicial”, afirmó el Mandatario e indicó que, aunque hay jueces honestos, la impresión predominante es de corrupción.
En el caso específico de Crescencio Contreras, el Presidente sugirió que el juez mostró una actitud insistente para trasladar a un detenido a Reynosa o Matamoros, lo que implicaba grandes riesgos. A pesar de los desafíos, se logró asegurar que el detenido permaneciera en un penal de alta.