Las diez víctimas mortales del incendio que se produjo este viernes en una residencia de mayores, en una localidad de Zaragoza –al noreste de España–, eran personas con diferentes grados de discapacidad, con movilidad reducida o alguna patología, según fuentes oficiales.
En la residencia incendiada, ubicada en Villafranca de Ebro, próxima a Zaragoza, se encontraban 69 residentes entre ancianos y personas con enfermedades mentales.
El incendio, el más trágico en una residencia de este tipo en lo que va de siglo en España, causó, además de los diez fallecidos, dos heridos graves, aunque los servicios de urgencia atendieron a otros residentes y a un guardia civil, todos ellos por inhalación de humo y con pronóstico leve.
El resto de residentes, que no fueron afectados por las llamas, serán reubicados en una residencia de una provincia vecina.
El fuego se inició durante la madrugada en la habitación de uno de los residentes y produjo una gran cantidad de humo concentrado en un área del recinto y cuya inhalación se baraja como la causa de los fallecimientos.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha indicado a través de un mensaje en X que está “consternado ante la tragedia ocurrida”, y ha transmitido a las autoridades regionales su “cariño” y “pésame a las familias y compañeros de los fallecidos, a los trabajadores del centro y al conjunto de los aragoneses”.
La mayoría de las residencias en España están dirigidas a personas mayores (5.188) y con discapacidad (1.455), aunque un 2,8 % son mixtas, es decir, que atienden a mayores, personas con discapacidad o con problemas de salud mental, como la que sufrió este viernes el incendio.