El Comité Judicial del Senado de EEUU examinó las garantías de seguridad y el bienestar de los menores migrantes que cruzan solos la frontera, entre los cuales hay muchos casos de abuso y explotación infantil.
Más de 44,000 menores no acompañados entraron al país desde México entre enero y abril, según cifras oficiales.
La suerte que corren los niños migrantes no acompañados que llegan a Estados Unidos, donde pueden acabar en casas de “patrocinadores” sin garantías o explotados en fábricas, se ha convertido en un motivo de preocupación cada vez mayor.
En una sesión del Comité Judicial del Senado celebrada esta semana, tanto demócratas como republicanos examinaron las garantías de seguridad y el bienestar de los menores migrantes que cruzan solos la frontera.
Más de 44,000 “menores no acompañados” han entrado a Estados Unidos desde México de enero a abril, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
El 47% de ellos proviene de Guatemala, mientras otro 40% de Honduras y El Salvador, tres países donde la violenta pandilla MS-13 recluta a jóvenes y siembra el terror.
Algunos niños viajan solos desde sus países exponiéndose a enormes peligros. En otros casos lo hacen con sus familias, generalmente pobres, que una vez en la frontera se separan de ellos con la esperanza de aumentar las posibilidades de que logren entrar.
“La tragedia es que estos niños todavía están en riesgo” en territorio estadounidense, donde “se han visto obligados a trabajar muchas horas en condiciones extremadamente peligrosas”, afirmó el senador demócrata Dick Durbin.
Desde 2018, el Departamento de Trabajo ha registrado un aumento del 69% de niños empleados ilegalmente, algunos de ellos de tan solo 12 años.